jueves, 1 de mayo de 2014

De presa fácil a depredador silencioso

Por Juan Ignacio Cantero        @juanyck

Llegó en silencio, empezó partido a partido y continúa final a final. Diego Pablo Simeone no era un entrenador de fama mundial, ni un hombre con una vitrina de títulos en su haber. Fue un parche para un Atlético de Madrid que se desangraba y que usó como desinfectante a una vieja gloria del club. Lo que nadie sabía, es que ese hombre que había entrado con el mayor de los silencios, iba a terminar haciendo más ruido que nunca.

www.colchonero.com
Simeone recogió un conjunto de jugadores y construyó un equipo. Dotó al Atlético de Madrid de una identidad que había perdido y que parecía imposible encontrar. Sus claves: trabajo, humildad y compañerismo.

El argentino es un depredador silencioso. Parece inofensivo, avanza metro a metro, partido a partido pero a la hora de atacar lo hace a la yugular. El Chelsea de Mourinho se convirtió en el cazador cazado. El Atlético parecía inofensivo e incluso incapaz de hacer daño cuando Fernando Torres adelantó a los londinenses. Pero en la segunda mitad, el Atlético sacó su ferocidad sin dejar opción de escapatoria a su presa. Cierto es, que el zarpazo de Adrián en el 45 de la primera parte fue decisivo ya que dejó noqueados a los blues.

El Atlético del Cholo caza en bloque. Ningún jugador es más importante que el anterior, y si alguno está en riesgo de ser superado, un compañero sacrifica su aliento y sus fuerzas para ayudarle. Los desdoblamientos, permutas y ayudas defensivas están tan interiorizados por los jugadores que los llevan a cabo sin pensar.

Es una manada de jugadores inteligentes. Las enseñanzas tácticas de Simeone y la propia picaresca que ha sabido transmitirle a los suyos hacen al Atlético más peligroso si cabe. Manejan los tiempos del partido, hacen bloqueos, realizan faltas tácticas en momentos oportunos.

www.atleti1903.blogspot.com
Este artículo no es una alabanza a la situación del Atlético de Madrid, aunque también lo merece. Es un elogio al cambio de un equipo que era presa fácil y ahora es un depredador temible. Un equipo al que marcaban en el último minuto, salía vapuleado en las grandes citas, tenía graves problemas tácticos y no tenía noción de grupo.

Simeone ha borrado ese pasado de sus mentes y ha creado jugadores nuevos a partir del mismo molde. Nadie diría que estos nuevos Juanfran, Godín, Koke, Raúl García, Tiago etc. son los de antes.

Metro a metro, partido a partido, final a final. Solo y en silencio, pasando desapercibido, este Atlético sigue conquistando. Ya no es carnaza, ahora es peligroso, ahora compite. Y es que en fútbol a veces tener identidad, supera todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario